La Semana Santa que se desarrolla en la ciudad de Toledo reviste de un aura mucho más tradicional y solemne que en otras ciudades españolas, en parte por ser una ciudad castellana que en su momento aglutinó la capitanía del Imperio y porque desde antiguo existían monumentales pasos que fueron destruidos durante la Guerra Civil.
Después de la Guerra Civil, los antiguos pasos destruidos fueron creados nuevos e incluso otros fueron traídos desde otras iglesias y conventos toledanos con el objetivo de mantener viva la tradición.
En la actualidad, la Semana Santa toledana se caracteriza por ser muy introspectiva y austera, con un ceremonial cargado de gran belleza donde es tradicional la popular visita a los templos conventuales de la ciudad, que suelen abrir sus puertas al público durante la Semana Mayor.
Otra tradición muy apegada es la de disfrutar el famoso “callejeo” de la ciudad mientras se disfrutan de los dulces típicos de Semana Santa.
La solemnidad, belleza y enorme tradición de esta celebración toledana suele generar inmenso atractivo y atraer muchos turistas, razón por la que fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.