De estilo palaciego, el Palacio de Gaviria es un espléndido edificio del siglo XIX situado en la Calle del Arenal que fungió como residencia personal del Marqués Manuel Gaviria de Souza y que en su momento se consideró uno de los palacetes más lujosos y distinguidos para su época.
Construido entre 1846 y 1847 por el afamado arquitecto Aníbal Álvarez Bouquel, el palacio consta de un estilo inspirado claramente en el modelo romano clásico y con influencias neoclásicas, muy acorde al estilo de los palacios renacentistas de Italia.
Su ubicación fue expresamente acordada por Gaviria debido a que la Calle del Arenal se había convertido en un auténtico epicentro de la floreciente burguesía madrileña entre el Teatro Real y la Puerta del Sol.
El acabado del palacete fue tan impresionante que durante su inauguración en 1851 contó con la presencia de la reina Isabel II, quien llevó a cabo el baile de honor. A partir de entonces se convirtió en un lugar muy común en las fiestas de gran alcurnia de la ciudad gracias a los espaciosos salones de baile que estaban incluidos en su diseño original, donde pueden admirarse los espléndidos frescos que adornan sus paredes y el techo, obra del artista Joaquín Espalter y Rull.
Con el paso del tiempo el palacete fue vendido y utilizado de diversas maneras, incluyendo una discoteca que funcionó desde 1991 hasta 2011, y a partir de entonces se usa como sede de eventos y exposiciones itinerantes.
Debido a su espectacular belleza y valor patrimonial, el Palacio de Gaviria recibió la declaración de Bien de Interés Cultural.
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