Iglesia de San Ginés (Madrid)
La Iglesia de San Ginés, situada en la parroquia homónima, data del siglo XVII y está considerado uno de los tesoros arquitectónicos, históricos, artísticos y patrimoniales más importantes de la España de los Austrias.
Construido con mampostería y ladrillo, el templo presentaba originalmente un diseño arquitectónico mudéjar del que solo quedan actualmente algunos vestigios. Su diseño consta de una torre de cuatro cuerpos cuadrangular y cuatro campanas, dos de ellas originales de 1566, además, la construcción está rematada por un espléndido y versátil chapitel de estilo madrileño de pizarra.
En su interior, la iglesia presenta tres naves, siendo la central la más grande de las tres, junto con capillas de gran profundidad en sus laterales, un presbiterio de forma rectangular y un coro alto. El diseño interior es de un hermoso acabado que incluye una bóveda de cañón con lunetos sostenida por pilastras toscanas y arcos de medio punto torales. Encima del crucero se observa una espléndida cúpula sobre pechinas exenta de linterna y tambor. Sus capillas laterales están cubiertas también por cúpulas vaídas sobre pechinas.
Si bien mucho de su patrimonio se perdió irremediablemente por un voraz incendio en 1824, todavía cuenta con una importante colección que incluye lienzos de Luca Giordano, una serie de hermosos retablos neoclásicos, varias tallas de madera policromada que datan del siglo XVIII, un magnífico cuadro de Cristo Resucitado perteneciente a la escuela madrileña y un San Juan Bautista de Juan Pascual de Mena.
Gracias a la intervención del Museo del Prado, la iglesia también pudo hacerse de otras tres pinturas, además de adquirir otras más gracias a sus remodelaciones globales.
Construido con mampostería y ladrillo, el templo presentaba originalmente un diseño arquitectónico mudéjar del que solo quedan actualmente algunos vestigios. Su diseño consta de una torre de cuatro cuerpos cuadrangular y cuatro campanas, dos de ellas originales de 1566, además, la construcción está rematada por un espléndido y versátil chapitel de estilo madrileño de pizarra.
En su interior, la iglesia presenta tres naves, siendo la central la más grande de las tres, junto con capillas de gran profundidad en sus laterales, un presbiterio de forma rectangular y un coro alto. El diseño interior es de un hermoso acabado que incluye una bóveda de cañón con lunetos sostenida por pilastras toscanas y arcos de medio punto torales. Encima del crucero se observa una espléndida cúpula sobre pechinas exenta de linterna y tambor. Sus capillas laterales están cubiertas también por cúpulas vaídas sobre pechinas.
Si bien mucho de su patrimonio se perdió irremediablemente por un voraz incendio en 1824, todavía cuenta con una importante colección que incluye lienzos de Luca Giordano, una serie de hermosos retablos neoclásicos, varias tallas de madera policromada que datan del siglo XVIII, un magnífico cuadro de Cristo Resucitado perteneciente a la escuela madrileña y un San Juan Bautista de Juan Pascual de Mena.
Gracias a la intervención del Museo del Prado, la iglesia también pudo hacerse de otras tres pinturas, además de adquirir otras más gracias a sus remodelaciones globales.
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