Plaza de Toros de León
Imagen: Wikimedia Commons
La Plaza de Toros de León, conocida popularmente como León Arena, es obra del reconocido arquitecto Domingo López, fue inaugurada en junio de 1948 y en su momento sustituyó la antigua plaza provisional hecha de madera en 1912.
Se trata de una arena de unos 2 mil metros cuadrados con un aforo cercano a los 10 mil espectadores, que en su corrida inaugural contó con la participación del gran matador Felipe Bartolomé junto con los espadas Paquito Muñoz, Luis Miguel Dominguín y Pepín Martínez Vázquez.
A nivel arquitectónico se trata de una arena completamente circular con una distribución de asientos acorde a los diseños estandarizados existentes en la gran mayoría de las plazas de toros españolas.
Para el año 1993 la Plaza de Toros presentaba un profundo estado de abandono, después de más de un lustro cerrada, siendo adquirida por el empresario Gustavo Postigo, quien inmediatamente la sometió a un profundo proceso de restauración para devolverle el esplendor perdido. Al año siguiente fue reinaugurada ganando gran notoriedad y popularidad.
Años después fue sometida a otra serie de reformas para modernizar el coso y adaptarlo a nuevos eventos recreativos y deportivos. Entre otros cambios significativos se le añadió una espectacular cúpula móvil hecha de cristal que protege la arena de los elementos y permite usar sus instalaciones tanto en otoño como en invierno.
Gracias a estas modernizaciones, la Plaza de Toros de León ahora está en capacidad de ofrecer sus instalaciones para conciertos musicales, diversos eventos culturales y también para partidos de baloncesto y balonmano.
Se trata de una arena de unos 2 mil metros cuadrados con un aforo cercano a los 10 mil espectadores, que en su corrida inaugural contó con la participación del gran matador Felipe Bartolomé junto con los espadas Paquito Muñoz, Luis Miguel Dominguín y Pepín Martínez Vázquez.
A nivel arquitectónico se trata de una arena completamente circular con una distribución de asientos acorde a los diseños estandarizados existentes en la gran mayoría de las plazas de toros españolas.
Para el año 1993 la Plaza de Toros presentaba un profundo estado de abandono, después de más de un lustro cerrada, siendo adquirida por el empresario Gustavo Postigo, quien inmediatamente la sometió a un profundo proceso de restauración para devolverle el esplendor perdido. Al año siguiente fue reinaugurada ganando gran notoriedad y popularidad.
Años después fue sometida a otra serie de reformas para modernizar el coso y adaptarlo a nuevos eventos recreativos y deportivos. Entre otros cambios significativos se le añadió una espectacular cúpula móvil hecha de cristal que protege la arena de los elementos y permite usar sus instalaciones tanto en otoño como en invierno.
Gracias a estas modernizaciones, la Plaza de Toros de León ahora está en capacidad de ofrecer sus instalaciones para conciertos musicales, diversos eventos culturales y también para partidos de baloncesto y balonmano.
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