Plaza Mayor de León (España)

Historia de León


León tiene su origen en el año 29 a. C. cuando las legiones romanas de Augusto se establecieron para entablar la guerra contra los cántabros y permanecieron en ese territorio durante un siglo con el objetivo de formar un campamento que vigilara y controlara la explotación aurífera de la región.

Durante los 400 años siguientes esta fortificación fue abandonada y repoblada una y otra vez dependiendo de los vaivenes del imperio hasta que finalmente este campamento quedó disuelto por las reformas de Constantino, quedando una población itinerante sin una organización centralizada.

En el año 846 los invasores musulmanes establecen un núcleo urbano organizado y fortificado con la intención de establecer una ciudad, pero después de una serie de ataques, sin una línea de suministros, abandonan el territorio.

El Reino de León y la Edad Media

Finalmente, en el año 856 el rey Ordoño I de Asturias retoma el territorio y lo fortifica al considerar que se trata de un enclave estratégico y decisivo en la lucha por la reconquista, pasando a formar parte del Reino de León.
 
Catedral de León (España)
Durante las siguientes décadas León se expandió territorialmente en medio de difíciles circunstancias entre combates y falta de trabajadores, pero con la llegada al trono de Alfonso IX la ciudad experimenta un reimpulso que consolida la ciudad a partir de 1188.

Además de ser un enclave estratégico, León adquirió inusitada importancia debido a que formaba parte del Camino de Santiago, que era la ruta comercial y la vía de comunicación más importante de la Edad Media.
 
Sin embargo, para el siglo XIV la ciudad atraviesa una severa crisis socioeconómica producida por décadas de malas cosechas y el continuo endeudamiento de los campesinos, lo que se tradujo en una hambruna generalizada.

Esta situación se agravó aún más con la devastadora pandemia de peste que asoló la ciudad entre 1349 y 1350 acabando con un tercio de la población y la grave inestabilidad política que desembocó en cruentos conflictos armados que afectaron severamente la población civil.

Para el siglo XV León logra recuperar el impulso económico y demográfico junto con un reordenamiento urbano de la ciudad y una nueva expansión de sus límites, compitiendo en tamaño con Burgos y Valladolid.

La Edad Moderna

Junto con su expansión demográfica y territorial, León comienza a experimentar un auge económico, al igual que en todo el Reino de Castilla, lo que produce tensiones entre las diferentes reinos vecinos y sus círculos de poder y desemboca en un enfrentamiento armado complejo que se conoce como la Guerra de las Comunidades.

Al concluir el conflicto, León vive un estancamiento demográfico que se extendió hasta el siglo XVII cuando el incremento agrícola de las zonas rurales vecinas supuso una leve mejoría de la situación, pero la decadencia económica e industrial que experimentaba era muy pronunciada.

A mediados del siglo XVII la Iglesia era el único motor económico de la ciudad y fue necesario construir una serie de hospicios y santuarios para atender a los pobres y necesitados.

La guerra de independencia y el siglo XIX

La situación angustiosa de León se agrava después de la invasión de las tropas napoleónicas en 1808, después de que León demostrara una clara lealtad a Fernando VII.

A partir de esa fecha la ciudad pasaría continuamente de manos entre franceses, ingleses y españoles, hasta que finalmente las tropas invasoras francesas se retiran derrotadas en 1813.

Durante el resto del siglo XIX León vivió una etapa marcada por la desamortización de las tierras pertenecientes a la Iglesia y que promovieron una nueva extensión territorial en la ciudad.

La minería del carbón y la aparición del ferrocarril fueron determinantes en un dramático cambio urbano en la ciudad que todavía mantenía la proporción, tamaño y distribución medieval.

El turbulento siglo XX y el futuro

Si bien los cambios urbanos fueron severos no fueron suficientes ante la expansión comercial que originó el ferrocarril y la pronta aparición de los vehículos, lo que motivó que las calles y espacios de la ciudad se adaptaran a la modernidad, lo que se tradujo en ambiciosos planes urbanos, entre ellos El Ensanche en 1904 cuyos resultados fueron dudosos y de éxito limitado.
 
Catedral de León (España)
Después de la crisis de 1929, León quedó atrapada en la convulsión política que se apoderó de toda España y al estallar la Guerra Civil la ciudad se alzó a favor de las tropas franquistas, que rápidamente lograron derrotar al bando republicano en 1937.

Al triunfar el bando franquista el motor económico e industrial de León quedó muy disminuido y fueron necesarias varias décadas para que recuperara algo del empuje de principios de siglo hasta que llegada la década de los años 70s la minería y la industrialización originó un nuevo florecimiento económico, pero sumió la ciudad en un caos urbano.
 
La llegada del período democrático trajo consigo un nuevo auge socioeconómico que se pudo ver en materia artística y académica, además de un reimpulso urbano logrando el despegue definitivo gracias a planes y desarrollos modernos y mejor planificados.

Con la llegada del nuevo siglo, León enfrenta retos y desafíos de gran envergadura para competir con las nuevas tecnologías aplicadas a la industrialización y el comercio de bienes y servicios.
 
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