Al adentrarnos en la ciudad de A Coruña, en pleno casco antiguo, nos encontramos con el monumental Convento de Santo Domingo. Se encuentra situado en uno de los laterales de la ajardinada plaza rectangular de Santo Domingo y destaca por ocupar el lateral más largo y por su medieval fachada.
Dentro de este conjunto histórico resalta la impresionante torre barroca de Santo Domingo, terminada alrededor del año 1770. La torre tiene un aspecto torcido con respecto a su fachada y gira alrededor de ella una leyenda que cuenta cómo el arquitecto que la diseñó al darse cuenta de su error se suicidó. Esta historia es falsa ya que esta obra se atribuye a Alberto de Ricoy.
El tercer Templo de la orden dominica fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1984 y se encuentra en este sitio desde la segunda mitad del siglo XIII. El templo, un ejemplar barroco bien conservado, posee una planta en forma de cruz latina de grandes proporciones. En la capilla mayor se ubica un ábside rectangular de bóveda casi plana.
Los retablos de los brazos laterales están dedicados a Santa Catalina y a Santo Tomás de Aquino, donde ocupan sus espacios originales. Tras el Concilio Vaticano II el templo ha sido restaurado litúrgicamente y remodelado en diferentes etapas. Esta iglesia, una de las más amplias de la ciudad, posee en el muro exterior del ábside una imagen de la Virgen con el Niño procedentes de su primer templo dominico frente al edificio del rectorado universitario.
Visitar este templo es adentrarse en un recorrido por la historia y la fe donde además de realizar un recorrido turístico por la ciudad se aprende de arquitectura, cultura y religión con solo dar la vuelta por la plaza.
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