Palma de Mallorca (España)

Historia de Palma de Mallorca


El nacimiento del territorio que compone Palma de Mallorca se remonta a un asentamiento talayótico que luego fue invadido y conquistado por las tropas romanas en el 123 a. C. cuando invadieron la isla a bordo de navíos envueltos en cuero y donde fundaron cuatro ciudades, entre ellas Palma.

En un principio el perímetro urbano estaba delimitado por sus límites marinos manteniendo la cuadrícula romana y con una muralla fortificada que mantuvo a raya a los bárbaros, hasta que finalmente los musulmanes conquistaron la ciudad.

La Edad Media, reconquista y crecimiento

Después de la caída de la ciudad en 903 al mando de Isam Al-Jaulani, la ciudad floreció rápidamente gracias a sus portentosas construcciones que incluía baños públicos y palacios recibiendo el nombre de Madina Mayurga.
 
Catedral de Palma de Mallorca
El esplendor musulmán de Palma se mantuvo a lo largo de los siguientes 200 años, hasta que las tropas cristianas del rey Jaime I de Aragón la reconquistan el 31 de diciembre de 1229 ampliando sus límites urbanos.

Su envidiable emplazamiento geográfico le permitió generar un floreciente comercio con los magrebíes e italianos del denominado Gran Turco, convirtiendo a Palma de Mallorca en un sitio pudiente y codiciado. Esta riqueza generó la multiplicación de edificios, palacios y templos de enorme valor patrimonial que ayudaron a afianzar la fama de la ciudad.

La era de los bandoleros

La enorme riqueza y señorío la convirtió en un objetivo de los piratas y corsarios magrebíes y turcos que llevaron a cabo constantes ataques, lo que obligó a fortificar la ciudad y reducir considerablemente el flujo de mercancías a través de sus rutas comerciales, lo que provocó una era de decadencia que duró hasta bien entrado el siglo XVII.

Esta situación se anarquizó hasta que surgieron bandas de bandoleros, las más importantes los Canavall y los Canamut, quienes peleaban entre sí por el control de la isla, generando la era de los bandoleros durante todo ese siglo.

Finalmente, para el siglo XVII la anarquía y el caos quedaron controlados con la llegada de tropas castellanas. En 1715 fue cuando se cambió el topónimo romano que poseía la ciudad y rebautizándola como Palma de Mallorca.

Cuando Carlos III libera el comercio con las colonias americanas Palma recupera algo de su antiguo brillo y esplendor al reactivarse las rutas comerciales.

La época dorada del turismo

Después de que las tropas francesas se apoderaron de Argelia a principios del siglo XIX, se terminó el peligro de piratas y corsarios expandiendo sus líneas comerciales y marítimas y convirtiendo la isla en un lugar atractivo y pujante.

Gracias a este nuevo renacer, en 1838 se inauguró la primera de muchas rutas de barcos de vapor desde Barcelona, haciendo de Palma uno de los primeros sitios turísticos que se popularizó en Europa, fama que se consolidó en 1845 con la publicación de la primera guía turística de Palma e iniciando así la época dorada del turismo.

El auge de riqueza aumentó exponencialmente la población, y a principios del siglo XX se derrumbaron las antiguas murallas defensivas y se acometió un plan profundo de reordenamiento urbano y sanitario de la ciudad, logrando posicionarse como un destino soñado para turistas, artistas, académicos y geógrafos.

El siglo XX y su afianzamiento

A pesar de consolidarse como uno de los destinos turísticos más importantes de Europa gracias a toda una red de espectaculares hoteles, la isla no escapa de la profunda inestabilidad política que arropó a España y Europa, siendo parte importante de la Guerra Civil desatada en 1936 apoyando al bando franquista.
 
Palma de Mallorca (España)
Si bien la isla no fue escenario de los sangrientos y terribles combates de Barcelona o Madrid, Palma de Mallorca sufrió varios bombardeos a principios del conflicto.

Después de finalizado el conflicto la isla retomó rápidamente su impulso económico que llegó a la cúspide durante la década de los años 60s, cuando el turismo se convirtió en un auténtico motor socioeconómico al recibir por primera vez más de un millón de turistas en un año, cambiando para siempre toda la fisonomía urbana de Palma de Mallorca.
 
Con la llegada de la democracia este florecimiento económico no hizo más que aumentar a una escala nunca antes vista, tanto así, que para el año 1996 superó la media de PIB de la Unión Europea.

Un futuro brillante y grandes desafíos

Con la llegada del nuevo milenio Palma de Mallorca llevó a cabo una serie de ambiciosos proyectos a gran escala a nivel urbanístico creando nuevos complejos residenciales, áreas turísticas y la completa restauración de todo el casco histórico.

Además de estas obras de envergadura se fundaron museos, galerías, parques y nuevas vías de comunicación, entre ellos el Metro, uno de los más modernos de Europa.

El siglo XXI consigue a Palma de Mallorca como uno de los más importantes destinos turísticos del mundo entero, llegando a superar algunos años los 10 millones de turistas.
 
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