Como su nombre indica, la Casa-Museo Gaudí fue originalmente la residencia del genial arquitecto catalán desde 1906 hasta 1925. Después de su fallecimiento, su discípulo Francesc Berenguer propuso que la casa se convirtiera en un museo para honrar y divulgar la vida y obra de Gaudí, abriendo finalmente sus puertas al público en 1963.
La historia de este inmueble data de finales del siglo XIX cuando Eusebi Guell, un importante industrial catalán, tenía pensado levantar una urbanización nueva y moderna en Barcelona, pero de las 60 casas proyectadas solo lograron terminarse dos, una de ellas la que luego sería la residencia de Gaudí.
La casa posee tres plantas; la planta baja y el primer piso son exposiciones para el público, la segunda planta está compuesta por el hermoso mirador, la torre y las oficinas privadas de Gaudí, mientras que el sótano se compone de otras dos áreas que no están abiertas al público, pero que se pueden visitar de manera virtual en la página web del museo.
La Casa-Museo posee una espléndida colección de objetos personales y el mobiliario de Gaudí distribuido a lo largo de su dormitorio, su estudio privado y otras áreas comunes. Gran parte del mobiliario fue diseñado por el propio Gaudí, lo que demuestra su gran dominio de la ergonomía y del diseño industrial.
Cabe destacar que también se exhibe parte del mobiliario que Gaudí diseñó para muchos de sus grandes proyectos, como la Casa Millà, la Casa Batlló o la Casa Vicens. Como parte de la exhibición, el museo también expone muebles, pinturas, esculturas, bocetos y otras piezas de colaboradores cercanos de Gaudí.
Desde su inauguración, la Casa-Museo Gaudí se ha convertido en una de las instituciones museísticas más visitadas y populares de la ciudad, debido al inmenso legado patrimonial que este genial artista legó a Barcelona.