Construida entre los años 1876 y 1881, con un inconfundible estilo neogótico por parte del arquitecto Joan Torras i Guardiola, la Iglesia de San Paciano fue idealmente creada como capilla del Colegio de la Congregación de Religiosas de Jesús-María y luego anexada a la Ciudad Condal.
Su diseño presenta una única nave con bóvedas nervadas y ojivales con muros de mampostería y altos ventanales, un presbiterio poligonal, un coro y campanario, pero sin duda lo que realmente le da un gran valor a esta iglesia es que la decoración de la capilla le fue asignada a Antonio Gaudí cuando estaba recién graduado.
Joan Torras era uno de sus maestros y viendo el inmenso potencial del alumno le entregó este encargo que incluyó la custodia, el altar, el mosaico que se encuentra en el pavimento y su iluminación. Lamentablemente, la mayoría de estas obras se perdieron durante la llamada Semana Trágica de 1909 sobreviviendo únicamente el mosaico del pavimento. Dicho mosaico, formado por diminutas piezas hechas de mármol y unidas usando mortero de cal, estaban frente a la nave y el presbiterio, el cual tenía formas geométricas junto con diversos símbolos alfabéticos en su crucero que representaban el principio y el fin, así como el inicio y el fin de los tiempos. Este pavimento posteriormente fue restaurado en 1986 por Lluís Bru.
Además de la decoración de Gaudí, en el interior se exhiben murales del artista Eudald Serrasolses y una hermosa talla de Juan María Medina.
Esta iglesia recibió la declaración de Bien de Interés Cultural debido a su excelsa y singular belleza.
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