El Palacio de la Salina es un imponente edificio construido con un inconfundible estilo plateresco italiano y cuya antigüedad data de 1538, obra del afamado arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón y que perteneció a Rodrigo de Messía Carrillo, por lo que también se le conoce popularmente como el Palacio de Don Rodrigo.
El nombre de este palacio se debe a que era la sede del estanco de la sal hasta el año 1870, lo que explicaría su disposición abierta al público como negocio mercantil y que en su momento controlaba el monopolio de la sal en Salamanca. Después de su compra en el año 1881, a partir del año 1884, funge como la sede de la Diputación Provincial hasta la actualidad.
Además de tratarse de un edificio de enorme belleza y de atractivo estilo arquitectónico, el Palacio de la Salina también se ha visto envuelto en unas interesantes leyendas de origen local. Una de las más interesantes asegura que el arzobispo Alonso de Fonseca fue el responsable de la construcción del palacio y de su decoración interior, en donde se representa de forma monstruosa a los nobles que le negaron posada en el pasado. Obviamente se trata de algo infundado, ya que Alonso de Fonseca falleció 4 años antes de la construcción del Palacio de la Salina.
Por su espléndida belleza y su acabado lujoso e interesante, el Palacio de la Salina está considerado uno de los edificios más hermosos dentro del estilo plateresco, además de ofrecer un enorme atractivo turístico gracias a su privilegiada ubicación.
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