La Torre de la Clerecía es como se le conoce al edificio del Real Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús, cuya larga construcción data de los siglos XVII y XVIII con un claro estilo barroco, y cuyo nombre se debe a la Real Clerecía de San Marcos y que después quedó a cargo de la Universidad Pontificia a partir de 1940.
Su diseño arquitectónico presenta una espectacular fachada de tres cuerpos, el primero con enormes semicolumnas corintias que custodian las tres puertas de entrada y sobre las cuales aparecen las heráldicas de España y San Ignacio de Loyola. El segundo cuerpo está decorado con óvalos de estilo barroco y un enorme ventanal, mientras que el último cuerpo presenta hermosas esculturas y relieves.
El interior del edificio presenta una única nave con capillas entre los contrafuertes, algo propio del esquema jesuítico donde se aprecian una nave transversal ancha y cuatro tramos, todo ello con pilastras de estilo toscano, balcones sobre las capillas laterales y una espectacular cúpula de 50 metros de altura que ilumina todo el interior, obra del destacado arquitecto Jesuita Pedro Mato.
Esta espectacular construcción también destaca por otros elementos de gran significado como su retablo mayor, obra del afamado artista Juan Fernández, adornado con esculturas de Juan Rodríguez, la sacristía situada detrás del altar mayor cubierta con bóvedas de cañones con lunetos y su espléndido patio de estudios, obra de Andrés García de Quiñones.
Además de su belleza arquitectónica y su imponente tamaño, la Torre de la Clerecía también posee un rico tesoro artístico con casi 30 lienzos que decoran la planta principal del claustro y en la que se narra la vida de San Ignacio de Loyola.
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