El Museo Arqueológico de Asturias es uno de los museos de mayor tradición que existen en Oviedo y su creación obedeció a la necesidad de atesorar, albergar y divulgar la valiosa colección arqueológica de Asturias nacida desde los tiempos de fray Benito de Feijoo, un monje benedictino al que se le debe la primera prospección arqueológica en toda la región.
Si bien fue creado en 1944, su apertura al público no fue hasta 1952 donde se exhiben colecciones donadas por la aristocracia y con el paso de los años fue incrementándose debido a las prospecciones y excavaciones realizadas desde ese entonces, al igual que otras donaciones privadas y museísticas.
Entre las colecciones más importantes figuran las halladas en los claustros y monasterios asturianos después de la desamortización, entre ellas están las encontradas en las iglesias prerrománicas de gran valor, además de la colección numismática de Pedro Hurlé Mansó y la inapreciable colección de monedas y armas de Tomás Fernández Bataller.
El Museo Arqueológico de Asturias ocupa el que fue el antiguo claustro del imponente Monasterio de San Vicente, una inmensa y espectacular construcción que data de los orígenes de Oviedo. El monasterio original fue construido aproximadamente en el año 765 bajo el reinado del rey Fruela I y en la actualidad solo queda el mencionado claustro que data del año 1530.
Además de contar con una colección de piezas, artefactos y reliquias de tanto valor y de un legado histórico tan importante, el claustro que sirve de sede al museo mereció la declaración de Monumento Nacional en el año 1934.
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