En la cúspide del Monte Naranco se encuentra uno de los monumentos más populares de Oviedo, el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, el cual forma parte de un complejo escultórico compuesto por más de cien esculturas distribuidas a lo largo de las calles de la ciudad.
Diseñado originalmente por García Lomas y esculpida en piedra por los artistas Rafael Rodríguez Urrusti y Gerardo Zaragoza, junto con el montaje de José Antonio Navas Iglesias, la escultura data del año 1980 y posee una imponente altura de 30 metros.
Los orígenes de esta obra monumental se sitúan en 1950 cuando se tenía la intención de dotar a la ciudad de una gran estructura representativa de Oviedo, ideado por Ramoncita Bertrand y el padre Vega en conjunto con la colaboración de Sabino Álvarez Gendín y cuya construcción arrancó finalmente en 1963.
Después de 18 años en los que no faltaron ciertos inconvenientes presupuestarios, los trabajos finalmente terminaron y el monumento fue inaugurado en julio de 1981.
Lo primero que llama la atención es la magnificencia de la obra, con el Cristo abriendo sus brazos sobre un pedestal de forma piramidal en el que se aprecia una espléndida cruz latina de metal bellamente labrada.
Además de su tamaño, el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús se erige como una declaración de principios de lo que en su momento fue un baluarte de la fe cristiana durante la encarnizada lucha de la Reconquista y como parte intrínseca de la idiosincrasia asturiana.
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