Oviedo es una ciudad relativamente “joven”, su fundación ocurrió en el año 761 a manos del rey Fruela I que ordenó ocupar la colina entre el camino que iba hacia León, sin embargo, existen algunos estudios arqueológicos que especulan que su fundación es más antigua y podría datarse del período romano.
Lo que sí es cierto es que en algún momento del siglo IX, Alfonso II traslada la capital del reino de Asturias a Oviedo.
El Arca Santa
Rápidamente la ciudad adquiere gran importancia debido a que se convierte, además en la sede del Arca Santa, por lo que la ciudad se fortificó y en su interior se construyeron palacios, templos y toda una serie de edificaciones.
Además, una de las más importantes iglesias de Oviedo fue la designada para preservar los restos de Santiago de Compostela, lo que convirtió a Oviedo como una importante ciudad religiosa que preservaba reliquias de gran valor.
Sin embargo, para el siglo X el avance de las tropas cristianas durante la reconquista originó el traslado de la capital del reino de Asturias a la vecina ciudad de León.
A pesar de perder la influencia política, Oviedo conservaba intacta el aura de ciudad santa gracias las importantes reliquias y artefactos cristianos y que hacía que una legión de fieles visitara la ciudad, generando desde muy temprano una espléndida industria de “turismo religioso”.
Otra razón muy importante de la gran visita de fieles era que la ruta que llegaba a Oviedo, y de ahí a Santiago, era la más segura para evadir las continuas incursiones musulmanas en el área.
El mayor momento de esplendor vivido por Oviedo fue cuando en 1388 el rey Juan I funda el Principado de Asturias, convirtiendo la ciudad en su capital.
La reconstrucción de Oviedo
Con la llegada de la Edad Moderna en el siglo XV, Oviedo sufre cierto aislamiento debido a un descenso de los peregrinos, pero el suceso que marcó el nuevo devenir de la ciudad ocurrió en 1521 cuando se desata un terrible incendio que arrasó la ciudad.
Esta tragedia fue aprovechada para cambiar el trazado de las calles de radial a uno octogonal y así lograr una recuperación económica de la ciudad al repotenciar el comercio.
De esa forma, el casco central se redimensionó creciendo paulatinamente sus plazas, calles y demás edificaciones a lo largo de los 200 años siguientes.
Este nuevo renacimiento de Oviedo se tradujo en una nueva red de enlaces comerciales y culturales que llegó a su cenit en el siglo XVIII, al experimentar la ciudad una intensa vida cultural y una nueva influencia política.
La guerra napoleónica y el siglo XX
Después de la invasión francesa, Oviedo fue la punta de lanza de la defensa territorial al instalarse la Junta General del Principado de Asturias en 1808, declarándole la guerra a Francia y convirtiéndose en un baluarte del triunfo.
Al finalizar el conflicto Oviedo vivió durante el resto del siglo XIX un auténtico despegue en el aspecto económico dinamizando su economía creando fundiciones metalúrgicas, fábricas y toda una gama de emprendimientos comerciales gracias a su privilegiada ubicación geográfica.
A comienzos del siglo XX Oviedo desarrolló el sector terciario de manera significativa, algo que ya se había hecho latente durante el conflicto contra Estados Unidos a finales de 1898 cuando los astilleros de Oviedo ya habían botado hasta 4 barcos de guerra.
Para el año 1930 la ciudad tenía más de 870 licencias comerciales operativas gracias a las excelentes vías de comunicación que amplió de una manera eficiente el tráfico ferroviario, el transporte por carretera y una desarrollada ruta de autobuses.
A partir del año 1934 la intensa inestabilidad política y social estaba afectando a Oviedo al igual que al resto de la recién creada segunda república española, situación que empeoró después de las violentas escaramuzas de ese año que afectaron a buena parte de la ciudad, preludio de lo que sería la sangrienta y terrible Guerra Civil.
La Guerra Civil y la democracia
En el año 1936 se subleva el coronel Aranda al mando del ejército iniciándose lo que sería la Guerra Civil.
Cabe destacar que Oviedo fue la única ciudad del norte de España que estuvo bajo el control de los insurrectos franquistas. La ciudad quedó sitiada por las fuerzas leales a la república hasta que las fuerzas sublevadas de Galicia rompieron el cerco y mantuvo a salvo a Oviedo.
A partir de ese entonces la ciudad quedó fuera de peligro y no se registraron combates durante el resto de la contienda.
Después del triunfo franquista la ciudad es sometida a un ambicioso plan de reurbanización y de restauración de su casco histórico.
Uno de los momentos más importantes en la historia de Oviedo ocurrió durante el año 1981, al comienzo de la incipiente democracia española, cuando se crea la Fundación Príncipe de Asturias que entrega anualmente el Premio Príncipe de Asturias (en la actualidad Princesa de Asturias) a lo más granado de las artes, ciencias, letras y deporte.
Desde entonces, Oviedo se ha convertido en una auténtica Meca en materia de arte, cultura y modernismo, lo que se ha traducido en una ciudad pujante y de gran calidad de vida.