La Plaza de Oriente está situada en pleno centro histórico de Madrid y es una de las más grandes e impresionantes plazas monumentales que posee la ciudad.
El diseño monumental de la plaza, obra del afamado arquitecto Narciso Pascual Colomer que lo presentó en 1844, es de tamaño rectangular con su cabecera curvada en terrenos que antes estaban ocupados por vetustas y derruidas casas medievales.
La imponente plaza está presidida por dos magníficas construcciones, el Palacio Real en su sector occidental, y el Teatro Real en el extremo oriental, mientras que al norte se aprecia el Monasterio de la Encarnación. La Plaza Oriente es uno de los sitios de encuentro más atractivos e interesantes de Madrid debido, además de su hermosa arquitectura con portentosos jardines centrales y espacios ideales para caminar, a que posee una impresionante riqueza artística a lo largo y ancho de su recorrido.
Entre lo más llamativo destaca en primer lugar la monumental efigie a caballo de Felipe IV, obra de Pietro Tacca, considerada la primera estatua ecuestre del mundo donde el corcel aparece apoyado solo en sus patas traseras.
También destaca el impresionante grupo escultórico que representa a todos los monarcas españoles de la antigüedad. Esta veintena de hermosas esculturas muestra a los cinco reyes del período visigodo y a los quince posteriores monarcas españoles que gobernaron hasta la Reconquista, todas ellas hechas en piedra caliza y distribuidas en dos hileras en ambos lados de los jardines centrales.
Además de su obvio valor histórico y patrimonial, la Plaza de Oriente es un lugar magnífico a nivel turístico ya que está rodeado de muchos locales comerciales, importantes avenidas e infinidad de museos, bares y restaurantes.
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