El Convento de San José de los Carmelitas Descalzos abrió sus puertas en 1588 y desde sus inicios buscaron propiciar el culto a Jesús Nazareno, tan característico de esta orden.
La imagen generó una gran devoción desde los primeros momentos. Se desconoce quien la talló y eso dio origen a múltiples leyendas que cubrieron a la imagen de un halo de misterio y milagro que aumentó aún más la devoción por ella.
En el año 1717 se inauguró la nueva capilla de Jesús Nazareno, presidida por un majestuoso retablo que enmarca su añorado camarín, donde reposa la imagen venerada.
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