El arco de San Lorenzo es el único vestigio que quedó de la antigua Iglesia de San Lorenzo, que fue levantada entre los siglos XIII y XIV. Se encuentra en la confluencia de la calle Almendros Aguilar y la calle Madre de Dios. En el interior del Arco se pueden contemplar azulejos y artesonados de la época morisca. También se conserva una pequeña capilla.
En 1825, debido a su estado de abandono, la Iglesia de San Lorenzo se derrumbó, y lo único que sobrevivió fue el Arco. En ese momento la parroquia y el archivo que se alojaba en su interior se mudaron a la Iglesia de San Bartolomé, mientras que las obras de arte que estaban en su interior se repartieron entre las iglesias de San Bartolomé y de la Merced.
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