Considerada la calle más hermosa de las muchas que posee Granada, la Carrera del Darro es un trayecto entre La Alhambra y el barrio de Albaicín bordeando el Río Darro y conectando con el popular Paseo de los Tristes.
Los orígenes de la Carrera de Darro se pierden en la neblina del tiempo cuando los pobladores originarios denominaban al río con el nombre de Aurus y se extendía a lo largo de un sinfín de puentes y calles secundarias durante la época nazarí, medieval y la época de la Reconquista.
Gran parte del encanto que posee la Carrera del Darro se debe a que era un lugar de encuentro perfecto para los artistas, arquitectos y creadores donde llevaban a cabo sus trabajos. En la actualidad, es un lugar muy visitado por turistas y parejas de enamorados.
Con el paso de los siglos se convirtió en uno de los paseos más populares de Granada y uno de los mejores conservados de la ciudad gracias a que todavía perdura su estructura original adoquinada y se conservan los Puentes de Espinosa y Puente de Cabrera, ambos originarios del siglo XVII, hechos con cantería y ladrillo.
Las vistas que ofrece la Carrera del Darro de la colina de la Sabika en donde se haya La Alhambra son dignas de contemplarse por su exotismo, misterio y hermosa vegetación que parece aglutinarla y desaparecerla.
Otros lugares que se pueden apreciar desde la Carrera del Darro son las famosas Torres que conforman la Alcazaba, entre ellas la Torre del Cubo, la Torre de la Vela y más adelante, casi en el Paseo de los Tristes, la popular Torre de Comares que forma parte de los Palacios Nazaríes y es la más elevada de toda La Alhambra.
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