Construida por la familia Golfín después de la reconquista sobre las bases del antiguo asentamiento familiar, el Palacio de los Golfines es una edificación eminentemente renacentista que se inició en 1511 y se extendió a lo largo de los años.
El palacio presenta un cuerpo central de fachada sólido hecho de sillería y escoltada por dos torres, posee una ventana superior de estilo gótico y bajo su alféizar se observa la heráldica familiar de los Golfines.
Debido a su larga construcción el palacio presenta dos estilos arquitectónicos contrastantes, el primero es el estilo casa-fortaleza del siglo XV, cuyo principal referente es su torre con par de matacanes a los laterales y sus arcos rebajados.
El segundo estilo es el humanista propio del siglo XVI donde destacan sus animales fantásticos de crestería plateresca que coronan la fachada y las hermosas molduras de granito presentes en sus ventanas y puertas, junto con las heráldicas señoriales de los Golfines y los Álvarez.
Un detalle interesante son sus torres de aspecto disímil. La torre de la izquierda sobresale con respecto a la fachada, mientras que la torre a su derecha es de planta cuadrada y más alta que la de la izquierda.
Otro detalle interesante es que los Reyes Católicos, en agradecimiento a los servicios prestados por los Golfines, permitieron colocar su heráldica familiar en la fachada del palacio, la cual se encuentra coronada con una cruz y sobre el mainel hecho de mármol de su ventana geminada, la cual es la más alta de la fachada.
De hecho, el Palacio de los Golfines sirvió de morada a los Reyes Católicos en dos ocasiones cuando visitaron Cáceres.
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