El Convento de San José y Santa Ana fue fundado por Santa Teresa de Jesús a finales del siglo XVI y combina elementos decorativos y estructurales con una exquisita atención al detalle.
Es conocido también como el Convento de las Carmelitas Descalzas, pues esa rama reformada de la Orden del Carmen se estableció aquí siguiendo la tradición de Santa Teresa de Jesús a fin de llevar una vida de oración, meditación y austeridad, dedicándose a la contemplación divina.
El interior del convento no se puede visitar, ya que se trata de un convento de clausura, pero destaca por poseer diferentes esculturas de Santa Teresa de Jesús y un retablo neogótico.
Del exterior destaca su portada de estilo clasicista más bien sobria.
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