La Plaza Mayor de Burgos, originalmente llamada Plaza de los Mercados, era un punto de encuentro improvisado del comercio de la ciudad, y no sería sino hasta el año 1791 cuando se denominó Plaza Mayor, convirtiéndose en el corazón del poder político y económico de Burgos.
Ese año la plaza fue ampliada y totalmente reformada, se eliminó una muralla aledaña y a su alrededor comenzaron a construirse edificios que hacían juego con el nuevo diseño arquitectónico de la Plaza Mayor con fachadas porticadas soportada por arcos y suelo hecho con ladrillo rojo, algo típico en muchas plazas castellanas.
Al igual que muchas grandes plazas centrales de ciudades europeas, la Plaza Mayor de Burgos tiene un estricto código de construcción que evita que las edificaciones superen un límite de altura y mantengan un estilo arquitectónico idóneo, lo que hace resaltar la plaza.
A su alrededor puede encontrarse el Ayuntamiento, una gran cantidad de locales comerciales, tiendas, bares y restaurantes, lo que convierte a la Plaza Mayor en un sitio de encuentro natural, tanto para los burgaleses como para los turistas.
Además de la gran variedad y alternativa de lugares que ofrece a su alrededor, la Plaza Mayor también es el lugar más popular para que los niños se diviertan jugando a lo largo de sus inmensas áreas libres, así como un sitio recreativo y lúdico ideal.
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