El Hospital de Barrantes fue construido a lo largo del siglo XVII como centro hospitalario con el patronazgo del Abad de San Quirce y canónigo de la Catedral, Don Jerónimo Pardo, con el objetivo de servir como hospital para los pobres de Burgos. El edificio fue finalmente concluido por su sucesor, Don Pedro Barrantes y Aldana, de quien adquirió su nombre el hospital.
El diseño arquitectónico del hospital es inconfundiblemente clasicista, y aunque experimentó una larga serie de reformas y restauraciones, especialmente entre los siglos XIX y XX, todavía conserva en la actualidad algunos detalles de su diseño original, entre ellos su portada principal.
El hospital también conserva otros detalles de gran valor artístico y patrimonial, en especial la capilla, precedida por un rico e interesante retablo de estilo barroco labrado, obra de los hermanos Cortés del Valle a mitad del siglo XVIII.
En 1945 se le agregó al hospital un espléndido conjunto escultórico en el patio de su entrada, hecho por el afamado artista Fortunato Julián, donde se representa a los dos fundadores del centro médico.
El hospital ha estado bajo la dirección y mecenazgo del Cabildo Catedralicio desde el siglo XVII, y en su momento ganó fama debido a su botica, que estaba considerada la más importante y abastecida de toda Burgos.
Para el siglo XVIII el centro se especializó en el área quirúrgica, y después de la importante ampliación a finales del siglo XIX y XX, amplió su campo de acción. En la actualidad, el Hospital de Barrantes funciona como residencia para ancianos.
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