La Glera del Arlanzón, tal como su nombre lo indica, es un cúmulo de fragmentos erosionados de grava, arena y piedra que se encuentra en la orilla del río homónimo y está considerada la más famosa de la ciudad de Burgos.
Si bien no tiene algo realmente llamativo o espectacular en sí, lo que hace interesante a la Glera del Arlanzón es que forma parte del llamado Camino del Cid, mencionándose tanto en el
Cantar de Mio Cid como en
La Leyenda de los Siete Infantes de Lara.
De acuerdo al
Cantar de Mio Cid, en el momento en que el Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar, es desterrado por orden de Alfonso VI, los burgaleses le prohibieron hospedaje en sus casas bajo orden Real. Por esta razón el Cid cruza el río y duerme a la intemperie en su margen izquierdo, en la Glera del Arlanzón, que durante el siglo XI estaba destinada a leprosos y vagabundos.
Se trata, entonces, de un lugar con una enorme carga simbólica debido a que el héroe de la reconquista se vió obligado a pernoctar en un refugio injusto, destinado únicamente a la escoria social de la época.
Actualmente la margen izquierda de la Glera del Arlanzón es una parte integral de Burgos que ha crecido y desarrollado hacia el sur de la ciudad y por donde discurre un hermoso y tranquilo paseo franqueado por árboles, denominado El Espoloncillo, el cual ha ganado mucha popularidad por ser parte de la leyenda del Cid, además de ser ideal para disfrutar un paseo agradable y relajante.
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