El Castillo de Burgos es un enclave arquitectónico fortificado y defensivo que se encuentra situado en lo alto del cerro del Castillo, a unos 75 metros de altura, y su construcción inicial data del siglo IX, por lo que se trata de uno de los monumentos más antiguos de la ciudad. Su primera torre data del año 884 construida por el conde Diego Porcelos con la finalidad de proteger Burgos del ataque de las huestes musulmanas durante la reconquista.
Se trata de un espectacular baluarte arquitectónico de enorme riqueza arqueológica y patrimonial donde se han descubierto una serie de puertas que conectaban con toda una serie de pasadizos y adyacencias del castillo, un patio de armas y la torre del Homenaje, que en la actualidad está en ruinas.
Uno de sus grandes atractivos es su profundo pozo medieval intacto de 300 metros de longitud, de los siglos XII y XIII revestido con sillares y con una interesante escalera de caracol que lo envuelve y que desciende hasta 63 metros de profundidad.
La gran importancia que posee este castillo es también de carácter idiosincrático, debido a que la fundación del enclave defensivo está estrechamente ligado a la fundación de Burgos y la necesidad de proteger la nueva ciudad.
Desde entonces el castillo fungió como enclave defensivo, morada de los reyes Juan II de Castilla y Enrique III de Castilla e incluso como una prisión de máxima seguridad, siendo algunos de los presos más famosos el rey García de Galicia y Tomás de Gournay, quien fuera el asesino de Eduardo II de Inglaterra. También estuvo preso aquí el rey Alfonso VI de León.
El Castillo de Burgos es uno de los destinos turísticos más populares debido, además, a su espectacular mirador que ofrece unas vistas espectaculares de Burgos y sus alrededores, y que es ideal para tomar fotografías.
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