Uno de los lugares más emblemáticos de Burgos es su espectacular Arco de Santa María, una impresionante construcción de más de 10 metros de altura que en su momento era una de las 12 entradas de acceso a la ciudad durante la época medieval.
Originaria del siglo XI, y profundamente reformada durante el siglo XVI, este fastuoso arco comunicaba el Puente de Santa María con la catedral situada en la Plaza del Rey San Fernando.
En sus inicios se le conocía como la Puerta de la Puente de Yuso y su diseño fastuoso y epopéyico como un retablo labrado fue ideado precisamente para fungir como un gran arco triunfal.
Se construyó con mampostería de piedra rematado con una almenada en forma de castillete, lo que le da al conjunto un aspecto singular y muy atractivo, incluyendo hornacinas para homenajear al fundador de la ciudad, Diego Rodríguez Porcelos y otras importantes figuras destacadas de Burgos.
Otra razón por la cual el Arco de Santa María es un lugar muy popular es debido a que en su segunda planta se encuentra su enigmático y peculiar
Museo de Farmacia, uno de los lugares más interesantes de la ciudad.
Se trata de un museo de enorme valor patrimonial debido a que en su interior atesora una impresionante colección de tarros de boticario originales que datan del año 1558, los cuales fueron fabricados en Talavera de la Reina, así como instrumentos quirúrgicos del siglo XVI al XIX.
Esta invalorable colección procede del Hospital de San Juan, la cual en su momento poseía una de las más grandes y completas boticas que se conocía en toda España. Por si fuera poco, el Museo de Farmacia también exhibe balanzas, alambiques de cobre, arcaicas máquinas de laboratorios y un enigmático microscopio.
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